POEMA Y VOZ DE ELISA DEJISTANI "HAMACARSE EN GRANADA"

jueves, 21 de octubre de 2010

ESPACIO DEL POETA INVITADO




DEDICADO AL POETA LUIS BENÍTEZ



Manhattan Song
Cinco poemas occidentales
Luis Benítez

Escribí hace tiempo este libro en una isla famosa, que la codicia europea le compró por 24 dólares a la codicia americana, esta última convencida de que los compradores eran unos idiotas, porque ¿quién puede creer que la tierra es algo que se compra o se vende?Varios siglos después, estos versos no buscaron la imposible representación de la ciudad real que se alzó en la isla (toda representación es, por fortuna, imposible), sino la representación de lo que ella –muy discutiblemente– vuelve a presentar: el resto de Occidente, un objetivo a escala, más humilde, más factible.Es el Manhattan del multiculturalismo, el sueño acuñado en las aulas de Columbia; el de las conversaciones con Roberto Echavarren, con excelente vodka de por medio; el de un mundo que tenía entonces dos torres más y una clintoniana esperanza; y es un aleph pequeño que, como un agujero negro, desea engullirse la historia y las múltiples historias. Pero un aleph que regurgita imágenes y épocas que poca conexión tienen con la isla, a menos que entendamos que toda la Tierra es la sola isla de un mar único y que podemos ser Ulises o Crusoe, independientemente de toda otra intención y aun de la misma época en que creamos estar leyendo estas palabras.

Luis Benítez

nació en Buenos Aires en 1956. Es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York; de la World Poetry Society (EE.UU.); de World Poets (Grecia); del Advisory Board de Poetry Press (La India) y de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina. Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes (París, Francia), así como varios premios nacionales e internacionales por su obra literaria. Sus 24 libros de poesía, ensayo, narrativa y teatro han sido publicados en Argentina, Chile, España, Estados Unidos, México, Venezuela y Uruguay, y obras suyas fueron traducidas al inglés, francés, alemán, italiano, flamenco, griego y macedonio.

miércoles, 13 de octubre de 2010

POETAS Y NARRADORES INVITADOS OCTUBRE/NOVIEMBRE




NARRATIVA DE RICARDO JUAN BENÍTEZ

CUENTO QUE OBTUVO EL PRIMER PREMIO EN MÉXICO

FELICITACIONES AL AUTOR!

Pleamar


(Seudónimo: Richardben)
Era una mañana tormentosa, como la de aquel día en que la gaviota decidió suicidarse. Claro que después mi padre le quitó magia al asunto. Me contó la verdadera razón porqué el ave se había precipitado contra la escollera.
—Las gaviotas adultas van perdiendo la visión de tanto zambullirse en el agua de mar. Entonces, cuando van en vuelo y divisan un tenue reflejo, creen que es un pez y se tiran en picada contra el brillo de las rocas —me enseñó con su lógica implacable.
O sea, que mi gaviota había muerto absurdamente por un accidente producido por su decadencia; cuando yo había imaginado una historia con un amor contrariado y misterioso. Como si mi gaviota fuera otra Alfonsina y este vasto mar su escondite definitivo.
Salir a caminar en días tempestuosos de temporada baja me fascinaba. Las playas lucen desiertas. Se escucha el tronar de las olas en el rompiente. Se percibe el viento azotando matas y gallardetes abandonados en lejanos veranos. Los paradores solitarios, con sus sillas, mesas y sombrillas amontonadas, las terrazas con sus silencios excesivos. Se podía recorrer el pedregal para leer los mensajes de otros tiempos grabados en sus rocas:
“Carlos y Clarita 23 de febrero de 1949”
—“¿Qué habrá sido del amor de Carlos y Clarita?”
Tal vez se hubieran casado desafiando el maleficio de los amores de verano.
Quizá alguno de sus nietos topara con aquel perpetuo recado de amor mientras correteaba inocente un estío cualquiera.
No sería sencillo imaginar por aquella época que en algún momento se puede perder el bronceado, la belleza y la juventud. La vida y el amor parecen eternos. Por lo menos hasta el fin de las vacaciones.
Entré al mesón. El piso y el mobiliario tenían una espesa capa de polvo y olvido. En las esquinas del techo había telarañas, sentía que hacía décadas que estaba cerrado. Me detuve a mirar por el ventanal el mar embravecido. Las olas se alzaban en una pared compacta de color verde oscuro y al caer la espuma llegaba casi hasta la entrada de la posta. Yo no le temía. Jamás le había temido.
Ni siquiera aquella tarde.
Aún en los momentos más difíciles, como cuando quedé atrapado por una corriente de la bajamar, tuve el convencimiento que nada malo podía pasar. Que de algún lugar del abismo un ejército de tritones y sirenas vendrían en mi auxilio. Que me mostrarían un camino de caracolas y coral. Que el faro, más allá del puerto, me alumbraría la senda de regreso.
Salí al porche con su piso de madera inundado. La lluvia arreciaba, la playa invitaba a una caminata.
—“Caminar por la playa bajo la lluvia es un rito íntimo y sagrado; casi como acariciar un apacible vientre desnudo…”
Descendí por los peldaños que se perdían en la arena y la resaca. Caminé hacía las olas. El horizonte era de un gris borroso, en la lejanía los nubarrones resplandecían de tanto en tanto por el fulgor de los relámpagos.
No había aprensión ni incertidumbre en mí.
Tenía la misma paz que experimentaba al bucear. Sé que en el azul profundo del mar se siente algo parecido a la protección del útero materno; silencio y armonía.
Una ola me atravesó.
No temía. Ya jamás temí.
Conocía la ruta. Las nereidas, tiempo atrás, me habían guiado entre las penumbras a un sendero iluminado por erizos y medusas iridiscentes que se perdía detrás de un manto de algas. Lejos de pescadores y gaviotas.
Es un buen sitio para reposar.
Hasta que de nuevo suba incontenible la marea de nostalgias.



CARTA RECIBIDA POR RICARDO J. BENÍTEZ

CON EL ANUNCIO DEL PREMIO


Como presidente del Jurado de Narrativa del I Certamen de Literatura LetrasKiltras México le informo que su obra a obtenido el PRIMER PREMIO en categoría Narrativa.
Por ser usted un escritor de Argentina le solicitaría una dirección para en breve (luego de la entrega oficial de premios en México DF) enviarle su Certificado y un presente que recibiré personalmente en la reunión.
Felicitaciones.-
Fernando Omar Vecchiarelli
Staff de LK

domingo, 3 de octubre de 2010

ESPACIO DE LOS POETAS INVITADOS OCTUBRE/NOVIEMBRE






POEMAS DE JULIO BEPRE



Si esa sutil palabra


Si esa sutil palabra no fuera proferida


y los labios guardaran la incógnita de siempre


caería el prodigio de las lluvias de enero,


la lucha de las horas ceñidas en el siglo


y algún dolor difuso al recordar un rostro.


Y si hay odio se vive una niebla infinita


porque un color agudo ingresa en cada ojo


y una existencia ofrece pero nada define.


Convertirse en recuerdo y todavía menos:


angostarse hasta ser como una voz jadeante


en un sinuoso día donde todo es distinto.



Escuchar es saber


Escuchar es saber que con alguien dialogo.


¿Adónde vas entonces con tanta absurda prisa?


Algunos ya te vieron y un gallardo querube


aguarda con paciencia a unos pocos metros.


(La vida se me escapa como el instante al día


y he sufrido hasta hoy el peso de mi sombra).



EL POETA



Que al menos por esta sola vez


vuelen las letras hacia su destino


o llenen espacios con señas inasibles


y absortas vivan cada espera.


Y no acojan más el grito ni la fluencia


extremada y rojiza en el alma y los ojos


sino un calor de avasallante vida


o el inicio invisible de una muerte.


Que el conjuro final de su silencio atraiga


la veraz alegría / una cierta tristeza


y conserve transido el calor de una mano.


Destierre / incite / exclame o aniquile


y al final apostrofe pero siempre reúna.


Que impiadoso ya mismo al mundo desmorone


y después como a un templo lo restauren


o antes ni después del tercer día.




DATOS BIOBIBLIOGRÁFICOS



Julio Bepré nació en Córdoba (Argentina) en 1940. Residió en distintas ciudades del país, radicándose finalmente en Buenos Aires. Es abogado y ha enseñado literatura y derecho.



Libros publicados



Año del inicio (1972) que integró con otros textos
El día y la advertencia (Francisco Colombo, 1974)
Rastro de la proximidad (Corregidor, 1981)
Ráfaga o sueño (Fundación Argentina para la Poesía, 1984)
Persistencia (Alción, Córdoba, 1985)
Nacer del olvido (Empresa Poética, 1988)
Demora en el mundo (Alción, 1990)
Antología breve (Correo Latino,1991)
El mar es una sed (Argos, Córdoba, 1993)
Palabra de mi boca, que mereció una distinción en el Concurso Luis Jose de Tejeda 1993, organizado por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Córdoba con publicación de la obra
No hay día sin noche (Argos, 1996).
Tiene inéditos otros poemarios y ha integrado distintas antologías.



Ensayos



Ha publicado ensayos y estudios críticos en publicaciones del país y del extranjero.



Traducciones
Tradujo a poetas italianos de este siglo y fue, a su vez, traducido al italiano.



Membresía
Es Secretario General de la Fundación Argentina para la Poesía, dirigiendo las publicaciones de dicha entidad.
Otras actividades
Integró el consejo de redacción de distintas publicaciones literarias .