POEMAS Y MICROFICCIONES
DE HORACIO LAITANO
HUMORES FAMILIARES
HOSPITAL DE DÍA
Puesto al sol
envasado en su pijama,
el paciente se ríe de la vida.
Su risa escalofriante
atraviesa las paredes
sacudiendo las puertas
y las camas.
Los médicos lo observan
entre toses y estornudos...
Se acerca la enfermera
encargada de cuidarlo...
y el húmedo paciente
resbala por sus manos.
UN HOMBRE
Con sólo evocar sus mocedades
el hombre sonreía o se encrespaba.
Sus piernas se agitaban hacia arriba
sus brazos se enroscaban en la aldaba.
Su traje de algodón se arrebujaba
en el duro sillón de su figura.
Y al golpe sonoro de sus manos
seguía el crepitar de su amargura.
EL RETORNO DEL SR. QUQ
Detrás de la ventana, el Sr. Quq ordena sus ideas.
Convierte en pasajes importantes los breves recorridos
de su pluma. Enlaza los recuerdos de la noche con los
próximos proyectos de la tarde. Hilvana y deshilvana.
Se aburre y se entretiene. Discute con el mozo y luego
lo disculpa. Le pide un cafecito, pero duda. Prefiere un
coñac de buena marca o una copa de jerez amontillado.
Al cabo de un momento, afina sus oídos y escucha
un comentario. El dueño del bar rechaza sus pedidos y
amenaza cerrar en pocas horas.
El Sr. Quq decide levantarse. Golpea el mostrador con
su paraguas y promete volver cuando lo llamen.
EN LA RIBERA
El señor Betinat y su señora contemplan extasiados el
curso del arroyo. Los vecinos, que pasan y saludan, no
alcanzan a entender su prolongada permanencia. A me-
dida que el silencio los envuelve, sus firmes expresiones
se diluyen en el agua. La creciente humedad, que sube
por sus cuerpos, anuda suavemente las ausencias.