PAISAJE DE ADENTRO
DE GUSTAVO TISOCCO
Ahí
donde juego a la rayuela
y con mis hermanos nos escapamos al río
a embriagarnos de fábulas.
Donde a lo lejos diviso todavía
al indómito tren de aquella estación.
Ahí donde nazco y perezco
según otoños que encarcelan octubres,
donde la música del viento
me recuerda aquellas calles, aquel pueblo.
Ahí donde no hay almanaques
y conservo aún los ojos tristes de mi perro.
Donde el circo luce su carpa reluciente,
donde salgo al recreo
donde me invaden perfumadas mandarinas.
En ese lugar donde tener memoria duele,
los muertos parecen latir
sin vejez, sin andamios.
Donde habitan también tantos desamparos,
niños de cartón, mujer desgarrada.
En ese lugar donde hay un país vencido y mutilado,
palomas bombardeadas,
clausuradas plazas, iglesias infames.
En ese lugar,
ahí, en mi paisaje de adentro,
mi casa aún es refugio
mis manos palabras.
donde juego a la rayuela
y con mis hermanos nos escapamos al río
a embriagarnos de fábulas.
Donde a lo lejos diviso todavía
al indómito tren de aquella estación.
Ahí donde nazco y perezco
según otoños que encarcelan octubres,
donde la música del viento
me recuerda aquellas calles, aquel pueblo.
Ahí donde no hay almanaques
y conservo aún los ojos tristes de mi perro.
Donde el circo luce su carpa reluciente,
donde salgo al recreo
donde me invaden perfumadas mandarinas.
En ese lugar donde tener memoria duele,
los muertos parecen latir
sin vejez, sin andamios.
Donde habitan también tantos desamparos,
niños de cartón, mujer desgarrada.
En ese lugar donde hay un país vencido y mutilado,
palomas bombardeadas,
clausuradas plazas, iglesias infames.
En ese lugar,
ahí, en mi paisaje de adentro,
mi casa aún es refugio
mis manos palabras.
Ella la muerta.
Sube al colectivo,
baja,
aparece,
se esconde,
percibe,
se mutila, trabaja de día, de tarde,
de noche lava, plancha,
se prepara para el otro amanecer.
Pálida sucumbe,
respeta,
no levanta su voz
se peina -nunca se despeina-,
cede su asiento,
reza mucho -cree poco-,
no llora,
no ríe.
Ella la muerta
que no ama,
no siente,
no grita,
la que nunca nadie miró,
la que nunca nadie soñó,
que no tiene niños, gatos
ni jazmines.
Ella es la muerta que camina sin lápida.
Síntesis biográfica: Gustavo Tisocco nació en Mocoretá Corrientes, es médico pediatra – neonatólogo, escribe desde muy pequeño.
Miembro de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) desde 2003.
Publicó en septiembre del 2001 su primer libro de poesías “Sutil”, participó en el 2003 de una antología Internacional de autores del mundo de lengua castellana publicada en España y en el mismo año participó de la antología de médicos argentinos y brasileños. Fue mención especial en el congreso de médicos de Buenos Aires con su poema “Abuelas blancas”, obtuvo un tercer premio con su poema “ojos muertos” en el foro literario Azul y palabras. Participó con otros poetas de la antología “Libertad bajo palabra”.
Miembro de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) desde 2003.
Publicó en septiembre del 2001 su primer libro de poesías “Sutil”, participó en el 2003 de una antología Internacional de autores del mundo de lengua castellana publicada en España y en el mismo año participó de la antología de médicos argentinos y brasileños. Fue mención especial en el congreso de médicos de Buenos Aires con su poema “Abuelas blancas”, obtuvo un tercer premio con su poema “ojos muertos” en el foro literario Azul y palabras. Participó con otros poetas de la antología “Libertad bajo palabra”.
Tengo publicados tres libros "Sutil", "Entre soles y sombras" y "Paisaje de adentro" y un CD "Huellas", además de diversas antologías gratuitas en diversas partes del mundo.Tengo varios premios que no importa creo mencionar.Sí destaco de este año 2007 que se me otorgó PREMIO REVELACIÓN A LA CALIDAD LITERARIA EN BUENOS AIRES en el encuentro organizado por el grupo literario “Pretextos”, presenté mi segundo cd "INTERSECCIONES" y fui acreedor del Galardón “Revelación del tercer Encuentro de Poetas Latinoamericanos” llevado a cabo en noviembre del 2007 en Villa María –Córdoba-.Coordiné el café literario "Extranjera a la intemperie" en Buenos Aires y actualmente dirijo http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com.Mi web personal:
http://www.paisajedeadentro.com.ar
http://poemasdegustavotisocco.blogspot.com
http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com/
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http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com/
POEMAS DE GUSTAVO TISOCCO - DE "ENTRE SOLES Y SOMBRAS"
Llegas a mi costa desamparada.
Tu oleaje firme me estremece.
Un cielo naranja e inhóspito
y la muerte que acecha.
Espuma burbujeante es tu sendero
y un sonido tenue
es la brisa en mi rostro.
Llegas a mi costa
te estaba esperando.
Tu oleaje firme me estremece.
Un cielo naranja e inhóspito
y la muerte que acecha.
Espuma burbujeante es tu sendero
y un sonido tenue
es la brisa en mi rostro.
Llegas a mi costa
te estaba esperando.
Me persigue una mujer insecto.
Cintura de hilo,
ojos de diantre,
patas y manos entremezcladas.
Zumbido de hielo en mi música,
espasmos en la esfera perenne
de mis vientos.
Me persigue una mujer con alas de nylon
tapado de brocato,
zapatos taco aguja y
de estola elixir de néctares.
Escondo mi cabeza como avestruz
pero su aguijón se acerca.
Elevo los ojos,
Cintura de hilo,
ojos de diantre,
patas y manos entremezcladas.
Zumbido de hielo en mi música,
espasmos en la esfera perenne
de mis vientos.
Me persigue una mujer con alas de nylon
tapado de brocato,
zapatos taco aguja y
de estola elixir de néctares.
Escondo mi cabeza como avestruz
pero su aguijón se acerca.
Elevo los ojos,
al verme, descubre el antídoto.
Me nutro de la caricia
que nace de océanos impetuosos.
Me construyo desde las tonadas
que esbozan mis valles.
Soy mezquita de un tiempo de cadencias,
eterno epitafio que nadie recuerda.
Soy mortal,
he visto en mis ojos una lágrima.
que nace de océanos impetuosos.
Me construyo desde las tonadas
que esbozan mis valles.
Soy mezquita de un tiempo de cadencias,
eterno epitafio que nadie recuerda.
Soy mortal,
he visto en mis ojos una lágrima.
En tu harem
de gatos y serpientes
ha brotado una rosa.
Insensato,
entre venenos
y uñas acechantes,
temes su perfume
y sus espinas.
El colibrí, mientras tanto,
aspira su néctar
y le quita la vida.
ha brotado una rosa.
Insensato,
entre venenos
y uñas acechantes,
temes su perfume
y sus espinas.
El colibrí, mientras tanto,
aspira su néctar
y le quita la vida.
¡Basta!
Hoy destruyo mis viejos andamios
plegándome al sismo de mis convicciones.
Lloraré todas mis iras,
reiré todos mis miedos,
me despojaré de manteles gastados y
la última miseria, entre olvidos, cosecharé.
¡Basta!
Arrancaré uno a uno los ojos insensibles,
brotarán miradas sin nieblas ni desdenes.
Quiero el bautismo de inmensos ladrones ,
ser de papel, de incienso, de humo.
Descubrirme acróbata de mis fortalezas,
libélula de mis tormentas, de mis truenos y relámpagos,
paraíso entre todos mis infiernos.
¡Basta!
Hurgaré la tierra con mis narices,
con mis palmas, con mis plantas,
me llenaré de atmósfera, seré astro, luna,
despojo cósmico.
Aplaudiré la astucia de crecer entre cáliz y sacramentos,
pernoctaré bajo amaneceres estrellados y
noches de sol.
¡Basta!
Me voy de mí, huyo de mí,
naufragar en el horizonte,
dejarme ser tuna, lienzo, caracol, nada.
Hoy solo ser hoy,
que las mañanas sean siempre ahora.
Desplegar mis barrotes,
arrancar los quejidos que nunca duelen,
ir a todos los fondos para encontrar mi superficie.
¡Basta, basta de colgar amuletos!
Abrir la puerta, embriagarme de viento, de polvo, de escarcha,
ser ínfimo desde los gigantes que me invento,
tener en mi piel el moho que denuncie vivencias
y perecer de ganas, de gloria, de instinto.
Me crecerán columnas de indiferentes mausoleos.
Deslizándome entre mis espacios, sabré que la muerte espera:
no acudiré a la cita, iré a buscar a la blanca dama.
Hoy destruyo mis viejos andamios
plegándome al sismo de mis convicciones.
Lloraré todas mis iras,
reiré todos mis miedos,
me despojaré de manteles gastados y
la última miseria, entre olvidos, cosecharé.
¡Basta!
Arrancaré uno a uno los ojos insensibles,
brotarán miradas sin nieblas ni desdenes.
Quiero el bautismo de inmensos ladrones ,
ser de papel, de incienso, de humo.
Descubrirme acróbata de mis fortalezas,
libélula de mis tormentas, de mis truenos y relámpagos,
paraíso entre todos mis infiernos.
¡Basta!
Hurgaré la tierra con mis narices,
con mis palmas, con mis plantas,
me llenaré de atmósfera, seré astro, luna,
despojo cósmico.
Aplaudiré la astucia de crecer entre cáliz y sacramentos,
pernoctaré bajo amaneceres estrellados y
noches de sol.
¡Basta!
Me voy de mí, huyo de mí,
naufragar en el horizonte,
dejarme ser tuna, lienzo, caracol, nada.
Hoy solo ser hoy,
que las mañanas sean siempre ahora.
Desplegar mis barrotes,
arrancar los quejidos que nunca duelen,
ir a todos los fondos para encontrar mi superficie.
¡Basta, basta de colgar amuletos!
Abrir la puerta, embriagarme de viento, de polvo, de escarcha,
ser ínfimo desde los gigantes que me invento,
tener en mi piel el moho que denuncie vivencias
y perecer de ganas, de gloria, de instinto.
Me crecerán columnas de indiferentes mausoleos.
Deslizándome entre mis espacios, sabré que la muerte espera:
no acudiré a la cita, iré a buscar a la blanca dama.